lunes, 5 de octubre de 2009

Hay ojos en las estrellas

La vida últimamente se ha dedicado a burlarse de mí. Hoy me ha sadado la lengua, sólo he tenido que tirar de ella y la vida ha vuelto a mí. Entre la duda y la indecisión se pierden la mayoría de las oportunidades, echan a volar los mejores sueños y se desestiman las esperanzas. Reflexionar siempre es conveniente, siempre y cuando no se haga demasiado y se comience a dudar de las conclusiones.

Me gusta pensar que no hay nada que si me lo propongo no pueda llegar a hacer, que si ofreces las suficientes ganas y esfuerzo no hay nada que te impida volar. Lamentablemente, no es una regla infalible, por mucho que lo lo intente, empujando no podre mover una montaña, pero funciona en muchas más ocasiones de las que uno cree.

La luna me mira y esconde su pálido rostro entre la niebla. Una vez se equivocó y fue mala consejera. La tuve por talismán y hoy brilla igual que ayer. Vuelve el instinto que me perdió una vez, y que misteriosamente, hoy, acaba de renacer de sus cenizas. Me pregunta, ¿y por qué no? podría responderle de una y mil maneras. Mi boca se cierra, hay ojos en las estrellas

1 comentario:

Ayelish dijo...

No es bueno tener a la luna de talismán. Como bien dijo Shakespeare es tricionera. Pero tus textos nunca me traicionan. Tan perfectos como siempre

Un nuevo felicidades para tu colección.

Saludos, como siempre

Lish

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