martes, 22 de diciembre de 2009

Preguntas

Dónde se esconden los sueños cuando lloran
Dime, si lo sabes, por dónde camina quien abandona
Dónde inventa la soledad y qué esboza
Si la noche es negra, o azul oscura
Si hay final en el principio y si el tiempo gira y rueda
Cuéntame la verdad y no mientas
¿O acaso no sabes que al mirarme, sin quererlo, me atraviesas?

domingo, 20 de diciembre de 2009

Cuentos de la Frontera


Hay momentos buenos y momentos malos, situaciones extrañas donde la casualidad aun no ha jugado su última carta y rutinas que esperamos que se rompan en cualquier instante. Hacia el final de los tiempos, hasta la más bella palabra morirá y no podemos impedir que las grandes hazañas hayan nacido para olvidarse un día.
Mientras tanto, la vida en el gran universo, moribunda luchará por su existencia, pero cuando extenuada, reciba su último golpe, con el inicio de su último suspiro, llorará la eternidad su pérdida y entre lágrimas buscará sus huellas.
Fregeneda. Literalmente, el fin del mundo. El atardecer se despidió donde el Águeda y el Duero se funden en un largo beso, y el sol bostezaba entre un mar azul de colinas portuguesas. Allí, donde el orden es desafiado desde la otra orilla, por un bosque salvaje de almendros y chumberas. Allí, donde la tierra cae en ondas cuando baja. Allí, en la frontera. Allí, literalmente, el fin del mundo.
Cae la noche y es el silencio quien llega corriendo. Una voz que sufre callada, camina hasta mi cama y desde su memoria, comienza un cuento.

jueves, 10 de diciembre de 2009

Aún ahora.


Ayer fui incapaz de recordar tu rostro, el tiempo ha acabado por desdibujarlo; y sin embargo, aún me quedan dos cosas tuyas gravadas a fuego en la memoria, lastima que el olvido las olvidara. He perdido tanto tiempo, tantas lágrimas, tantos suspiros, tantos sueños, esperanzas e ilusiones en lo que para ti no significó nada, que lo único que puedo hacer es sentirme estúpida y humillada. Te he odiado y amado tanto por nada, que cuando resignada escondo tu recuerdo aún sigue devorándome la duda. Me pregunto por qué ahora después de tantos años me tienta enfrentarme a ti y a lo que la verdad conlleva, te he inventado demasiadas veces.
¡Tus ojos! ¡qué fácil sería pasar página sin tus ojos! Esa mirada atravesándome, esa expresión en tus pupilas mirándome fijamente, ¿tenían acaso sentido? ¿y por qué, dime. tu voz es aún tacto áspero en mi piel.

Unos ojos que hablan, y el eco en el que aún perduras mi alma.

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