Encontré el libro por casualidad en los restos de la mudanza que aún no nos habíamos atrevido a desembalar. Al abrir la caja reconocí el inconfundible olor de las hojas de papel apiladas y encuadernadas. Como una niña chica fui sacando los tomos uno a uno para ver que tesoro nuevo encontraba y me llevaba a mi habitación. Subí dos pequeñas joyas. La primera fue El perfume, un curioso recorrido por la
vida de un asesino con una nariz prodigiosa, y la segunda Del amor y otros demonios¸ de Gabriel García Márquez.
La verdad, es que es una historia preciosa. Cada personaje representa un mundo, su mundo, y tiene que soportar las tiranteces que ocurren cuando se choca con los de los otros. Cada personaje parece llorar porque se cuente su historia. La protagonista es una muchacha nacida en el seno de una familia de padre noble y madre plebeya que por culpa del desentendimiento de uno y el odio malsano de la otra, acaba siendo criada por los esclavos negros de la casa. Pero nadie parece querer comprender que a pesar de su apariencia de blanca, la niña tiene alma, creencias, y costumbres de una reina africana.
Para cuando el Marqués trata de recuperar a su hija ya es demasiado tarde. Un perro rabioso la ha mordido, y en su afán por salvarla, por darle todo su amor y cariño, la arrastra al infierno. El obispado la toma por endemoniada y lo obliga a encerrarla en un convento, donde entre el desamparo y los tormentos, entre lo fantástico y lo religioso, se superponen la intolerancia y las necesidades del corazón.
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