domingo, 1 de mayo de 2011

El piano

Al  viejo piano le faltan dos tuercas
La banqueta está coja,
desgastadas sus cuerdas
Una mano invisible
atraviesa sus teclas
Mientras su cuerpo que ajado
con el polvo se besa.

En la sala vacía
Un fantasma lo toca
Que esté ronco el piano
A él poco le importa
Acaricia el teclado
Y de él la música arranca
Son sus notas las mudas
Sus acordes, sus alas

El piano no calla
El silencio es tirano
Y a él la guerra declara

En el piano hecho trizas
No es su voz la que escuchas
Sino su alma quien canta

A todos los instrumentos que olvidados se quedan en un rincón, y aunque nadie los mire, y aunque nadie se acerce ya a ellos, en el momento en el que alguién  se para y fija los ojos en ellos, parece que vuelven a la vida. Y finalmente a mi mamá que se enamoró del piano.

2 comentarios:

Paquita Pedros dijo...

Muchas gracias por tu comentario sentirse extraña es muy duro pero como dices a veces es mejor
un beso

juanito dijo...

Tienes unamente de artista. Una oda sobre todo a los pianos que siempre quedan olvidados. Al mío le "quito el polvo" de vez en cuando.

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