sábado, 11 de septiembre de 2010

Siete letras

Y la decía adiós, y ojalá que no te vuelva a ver, y quédate un poco más, y no me dejes así. Así se despedía de aquella sonrisa que sin querer se despertaba en su boca, que había descubierto al mundo su alma y en la que no tenían cabida los secretos.
Un viernes llegó y la dio vida, pero ahora no debía abrirle las puertas. Porque la sonrisa se iría, y luego volvería. La traerían los vientos del norte y volvería a arriesgar. Y perdería. Otra vez.
Por eso la encerró en una celda de siete letras, con siete candados y una sola llave. Porque ese cofre no debía nunca volver a abrirse.
Y por todo ello decidió dormirla, y buenas noches y hasta otro día que no llegaría. Cavó un hoyo, y comenzó a echar tierra sobre la tumba.

1 comentario:

Yessy deVond dijo...

me pregunto cual habra sido esa palabra de 7 letras...

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