Era la burla y era la tristeza. Era un sueño roto, era una mentira, una media verdad y una certeza entera. Era una niña mimada y una caricia con siete espinas...
Se paseaba sola, siempre sola, por los tejados, por los callejones, por la luna redonda y de un río, por cada orilla. Caminaba perdida, sin rumbo, mirando atrás, a los lados, derecha, izquierda, pero nunca hacia adelante.
Se la veía tranquila y en su interior siempre llovía. Susurraba al viento palabras, y la brisa le respondía. Contaba durante el día estrellas y por las noches granos de arena.
Aparecía de repente, sin previo aviso, como una sombra, como un suspiro, siempre de espaldas, jamás con la cabeza erguida. Si alguien preguntaba, nunca contestaba. Ella despegaba los labios, callaba y enseñaba su sonrisa, su sonrisa triste de plata vieja, manoseaba, sucia, gris y bella.
Tenía que tener un nombre y la llamaban Melancolía.
Escondida detrás de una pared.
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¿Recuerdas cuando se te caía el mundo y yo estaba a tu lado? Era yo quien
iba a donde sea que estuvieras a abrazarte hasta que te tranquilizaras. Te
acar...
Hace 12 años